Mañana de Julio

Es una fría mañana de julio. desde mi cama puedo ver los vidrios empañados, recién el sol ha empezado a entregar su calor, las gotas bajan por las ventanas y ruedan hasta el marco, el olor a la humedad me llega desde lejos, ya se que es hora de levantarme ya puedo sentir a la ciudad despertando. Siempre es así en las mañanas, todo empieza con un murmullo que sube lentamente y se pierde en la inmensidad de la ciudad absorbido por el sonido del trafico, consumido por las voces de un mundo que cobra vida.

Salgo de la cama y el frio me golpea, me apresuro a llegar a la ducha para dejar correr el agua caliente, el vapor no tarda en inundar el pequeño baño, y una agradable sensación recorre mi cuerpo y me hace olvidar lo helado que está afuera. Primero no es fácil, el agua esta caliente y mi cuerpo aun no alcanza la temperatura adecuada, así que poco a poco, recorre mi cuerpo despertando mis sentidos y dejándome alerta para empezar un nuevo día.

El agua dejó de caer, y las burbujas de jabón ya se alejaron por la cañería, un nuevo día está listo para nacer. y yo espero estar listo para vivirlo. Atravesar las calles, esquivar el transito de una ciudad que no descansa, caminar inagotable hasta mi destino, solo detener mi paso para contemplar lo que queda por recorrer y si llegase a mirar atrás, que solo sea para ver el camino recorrido y las lecciones que éste me ha entregado.

Me detengo en una esquina, cojo un café me desprendo de unas monedas y reanudo mi paso, me ayuda a seguir avanzando, el camino es largo y el frio no es el mejor amigo cuando queda mucho por recorrer. a lo lejos el sol ya ha tomado su puesto en lo alto y empieza a entregar su calor, pero es una batalla que no ganará esta fría mañana se resiste a cambiar, no quiere dejar de ser una fría mañana de julio.

Mauricio Soms

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