Mi Mundo

Este es Mi mundo, lleno de ruidos que solo yo reconozco despierto, lleno de aromas y sabores que punzan, que me traen recuerdos de una vida distinta, una vida mejor ya remota, llevada ya lejos por la corriente, por los giros del mundo apartada hasta siempre.

Mi mundo zurcido en retazos de tela, se trenzan muy firmes entre la verdad y la mentira. Un mundo formado por mí, por mis sueños de batallas perdidas, de heridas ganadas. Armado también con las ruinas de otros, constituido a veces con las victorias de algunos, lleno de formas que balbucean verdades, que me muestran las formas de un pasado distante y los caminos cerrados de un futuro inconcreto.


Mi mundo rodeado de muros macizos, levantados por años con las manos desnudas, para protegerme de esos y también de aquellos, para que no se escapen las cosas humanas y que no me encuentren las que me dañan. Murallas distintas altas y bajas, construidas hace mucho con la paciencia de un niño, y levantadas gracias la fuerza de un joven, cuidan al adulto que vive conmigo, son su refugio su guarida y su fuerte, para huir y esconderme cuando el mundo me expulse.

Adornado de cuadros, retratos de aquellos que una vez fueron, aquellos que extraño, aquellos que anhelo, esos que odio y que yo mismo he retado, imágenes de sitios que una vez me alegraron, arboledas y prados recorridos descalzo, playas de arenas blancas donde he escrito mensajes, que el poder de las olas se han llevado consigo, aguas que una vez me empaparon y empaparon a otros abrazados conmigo, ciudades gigantes que recorrí de la mano, en busca de algo que nunca he encontrado.

Mi mundo cerrado coronado de espinas, corazón triste que conoció el amor, gaviotas que elevan su vuelo infinito, donde las olas del mar ya son calmas ahora, donde la marea hace rato no existe. Ojala que la luna ilumine mis pasos, cuando busque allá arriba la atalaya infinita, esa que guarda las emociones vividas, que no muestro a nadie por mucho que pidan.

Un mundo adornado de juegos y risas, donde puedo encontrar al niño que era, a ese que ya se convirtió en adulto, que dejo los juegos y empezó su vida. Ya no viste jockey y de pantalones cortos, ya no juega en el barro, ya no inventa su vida, se ciñe tan solo a sus paredes de grande. Quiero volver y hablar con el niño, explicarle el porque de las cosas que vivo, evitar que construya murallas tan altas, que me lleve a su lado por salidas que encuentre, que me muestre otros mundos que jamás he hallado, porque ya soy grande y no vivo en los sueños.

No debo volar a través de los muros, mirar desde arriba lo nuevo de día, quiero encontrar a aquellos que busco, mirarlos ahora sin que ellos lo sepan, saber desde antes lo bueno que tienen, saber hasta cuando la vida nos junta, no quiero esperar al final del camino y recién enterarme de cuando se han ido, y ahí descubrir de cuanto los quise, lo mucho que extraño su aura en mi vida.

La gente va y viene, recorre mi mundo, pero pocos pueden pasar por los muros, los miro de dentro con ojos profundos, pero se que no ven lo mucho que tengo, no comparto con nadie aquello en mi vida, ya que estoy solo a este lado del muro, paredes que dejan ver solo un poco, lo poco que pido lo mucho que anhelo.

Relato original: JSTM

Fotografias sin sentido?

Con esto de los Flogs y de los sitios de redes, es increíble como las fotografías toman un protagonismo distinto al que siempre han tenido, venido de la mano con el aumento de las cámaras digitales y su fácil adquisición, ahora todos y cualquiera porta una cámara en el bolsillo para ir guardando cada uno de los momentos, en pequeñas tarjetas, la tecnología dejó de lado el rollo y el equipo necesario y redujo los costos de sacar fotos. Ahora sumémosle la necesidad enfermiza de todos por mostrarle al mundo lo bien que lo pasaron o lo mucho que son queridos, en una suerte de exhibicionismo sin precedentes, y que conlleva al morbo del resto por ver dichas fotografías, las que en su mayoría no nos dicen nada.

Porque la verdad es que una imagen con un grupo de personas que no conocemos, o si corremos con suerte conocemos a solo algunos de ellos, no nos dicen nada, a esto sumémosle que no sabemos ni sabremos el contexto en que fueron tomadas, por mucho que su autor se esfuerce en describir el entorno, su estado y hasta los sentimientos que dicha imagen le evocan, aun así nos veremos incapacitados de lograr entender lo que se vivió en el momento, si estamos tras un ordenador a varios kilómetros de distancia.

Si bien esto aun pasaba en las reuniones familiares donde la abuela sacaba desde su baúl, enormes álbumes de fotográficos, y narraba al calor del hogar , las aventuras de la familia en incontables vacaciones, y quizás para los más jóvenes muchas de las personas que ahí se representaban resultaban desconocidas, existía una forma más real y cálida de vincularlas con nosotros, el inigualable calor de una mirada llena de lagrimas al recordar a un ser querido, no tiene comparación con una etiqueta electrónica.

Es así como nos volvemos más conocidos, pero a la vez más extraños al resto, y de esta manera las imágenes ya no representan un recuerdo imborrable de momentos importantes y felices, que quisiéramos atesorar, si no que son tan solo un impulso irrefrenable de acumular recuerdos en un mundo que olvida cada día, es una cacería por la mejor imagen, en un afán por mantener tus sitios y a tus contactos actualizados con tus últimas aventuras, a pesar de que quizás, nunca entenderán como esas aventuras afectaron tu vida si es que realmente la afectaron de alguna forma..

“And if these pictures have anything important to say to future generations, it's this: I was here. I existed. I was young, I was happy, and someone cared enough about me in this world to take my picture.” One hour photo

“Y si esas fotografías tienen algo importante que decir a las futuras generaciones, es esto: Yo estuve aquí, existí., fui feliz, fui joven y a alguien en este mundo le importé lo suficiente para fotografiarme.” Retratos de una obsesión.

Ideas Sueltas

Estoy mirando mi monitor, y la pagina en blanco de Word, en su diseño de impresión, tamborileo mis dedos contra la base del teclado, busco la frase precisa para empezar a escribir, tengo muchas ideas como nunca, amor, amistad, desazón, alegría, esperanza, etc. Y es raro porque no estoy, ni muy feliz, ni muy triste (aunque lo estuve, ¿quién diablos sabe por qué?), ni siquiera melancólico, solo son ideas, ideas que siento, esta vez, con un trasfondo, que algo bueno puede salir si me decido a escribirlas, pero no me decido por ninguna, ni logro plasmarlas en palabras.

¿A qué se debe esta actividad repentina?, aunque siempre tengo ideas, nunca se ven tan claras como ahora y a pesar de eso no puedo escribirlas, se superponen una sobre otras, se quitan el oxigeno una a otra. Quizás sea el Gin Seng y las 4 píldoras que llevo consumidas, con las que estoy tratando de matar el cansancio y el agotamiento, tratando de revivir aquella neurona solitaria que no tiene con quien hacer sinapsis.


¿Pero de verdad importa?, ¿alguien acaso lee lo que escribo?, no sé, nadie comenta ni para putearme, instale un contador de visitas y tengo la leve sospecha que las que lleva registradas son solo las mías. Tampoco creo que sea muy interesante, como para que la gente se agolpe y colapse el servidor, nunca tanto, solo que se me está volviendo un hábito y hasta una nueva obsesión escribir, buscar temas, mirar a mi alrededor y encontrar las frases para garrapatearlas en el Blog, y eso es exactamente lo que estoy tratando de hacer, pero no se me ocurre como.

Podría comentarles lo que me paso la semana pasada, como me sentía y como fue que salí de ese estado, pero no se por donde empezar, la cosa es que no se como empezó, una fase de ahogo que duró varios días, pero que se solucionó como muchas otras, hablando, hablando y riendo, en principio algo particular, al final ningún tema en especial, pero lo importante no era hablar si no ser escuchado, y siempre he sabido a quien acudir, aunque me engañe pensando que otros están interesados, así como me engaño escribiendo o engaño a otros para que crean que tengo algo que decir y por tanto algo que escribir, pero no son mas que ideas sueltas de una mente que divaga, nada que no se lleve la mañana para ser remplazadas con otras nuevas y ojala mejores.

JSTM

Sabanas Vacías

Despierto, y no estas a mi lado, tu figura aun presente en las sabanas me dice que te has marchado, que no es más que la silueta dibujada por la noche y tu cuerpo. El calor aun las envuelve, tu tibieza esta presente, me recuerda tu compañía y me remece en mi soledad.

Busco tu cuerpo para abrazarlo junto al mío, para asirlo a mi pecho y no dejarlo ir, pero ya es tarde, ya te has ido y no se si volverás, solo el olor de las flores en tu pelo revolotea por la habitación, como una evocación de lo que eres, y lo que has sido a mi lado.

Las luces de la calle aun están encendidas, aun faltan algunas horas para la madrugada, la ciudad duerme en su sueño tranquilo, ájenos a mi tribulación. Giro incesantemente en mi cama, navego a través de sabanas y almohadas, buscando un puerto donde arribar, aunque se que en este océano de telas, no hay tierra a la vista sin ti, que me encontraré a la deriva hasta despuntar el alba.

La cuidad empieza a despertar, el ruido surge desde las callejas oscuras, sube y me alcanza vivo como yo lo estaré, sin embargo, me aferro al sonido de mi reloj con el , tic…, tac…, eterno, tic… aprieto mis ojos, tac…, me cubro los oídos, no quiero dejar escapar el sonido de tu risa, de tu voz en un susurro , arrullador y cálido , que me abriga con su melodiosa tonada, no quiero que se confunda con el ruido de la urbe, aunque se que es inútil, que nada puede luchar contra la vida que despierta allá abajo, que tarde o temprano mi compañero el reloj, me traicionará y me obligará a despertar del entresueño de tus labios y me veré obligado a dejarte escapar.

El traicionero reloj, implacable en su avanzar, truena con fuerza en mi mesa de noche, y grita a toda voz la verdad que ya conocía, me despierta, o más bien me arranca, me aleja de los dulces sueños, del calor remanente de tu cuerpo, no puedo luchar contra el debo desperar del todo, debo tomar una ducha y enfrentarme a la realidad del día, de mí día, quizás esta noche sea distinto, quizás pueda retenerte a mi lado, quizás mis sabanas no estarán vacías.