Sabanas Vacías

Despierto, y no estas a mi lado, tu figura aun presente en las sabanas me dice que te has marchado, que no es más que la silueta dibujada por la noche y tu cuerpo. El calor aun las envuelve, tu tibieza esta presente, me recuerda tu compañía y me remece en mi soledad.

Busco tu cuerpo para abrazarlo junto al mío, para asirlo a mi pecho y no dejarlo ir, pero ya es tarde, ya te has ido y no se si volverás, solo el olor de las flores en tu pelo revolotea por la habitación, como una evocación de lo que eres, y lo que has sido a mi lado.

Las luces de la calle aun están encendidas, aun faltan algunas horas para la madrugada, la ciudad duerme en su sueño tranquilo, ájenos a mi tribulación. Giro incesantemente en mi cama, navego a través de sabanas y almohadas, buscando un puerto donde arribar, aunque se que en este océano de telas, no hay tierra a la vista sin ti, que me encontraré a la deriva hasta despuntar el alba.

La cuidad empieza a despertar, el ruido surge desde las callejas oscuras, sube y me alcanza vivo como yo lo estaré, sin embargo, me aferro al sonido de mi reloj con el , tic…, tac…, eterno, tic… aprieto mis ojos, tac…, me cubro los oídos, no quiero dejar escapar el sonido de tu risa, de tu voz en un susurro , arrullador y cálido , que me abriga con su melodiosa tonada, no quiero que se confunda con el ruido de la urbe, aunque se que es inútil, que nada puede luchar contra la vida que despierta allá abajo, que tarde o temprano mi compañero el reloj, me traicionará y me obligará a despertar del entresueño de tus labios y me veré obligado a dejarte escapar.

El traicionero reloj, implacable en su avanzar, truena con fuerza en mi mesa de noche, y grita a toda voz la verdad que ya conocía, me despierta, o más bien me arranca, me aleja de los dulces sueños, del calor remanente de tu cuerpo, no puedo luchar contra el debo desperar del todo, debo tomar una ducha y enfrentarme a la realidad del día, de mí día, quizás esta noche sea distinto, quizás pueda retenerte a mi lado, quizás mis sabanas no estarán vacías.

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