El puente


Las luces viajan hacia mí, casi podría tocarlas, moviéndose sobre mi auto, casi podría, pero no están allí, solo son un reflejo que no puedo alcanzar, se mueven tan rápido como yo lo hago pero no están conmigo, solo puedo concentrarme en ellas, y sin mirar el camino seguir conduciendo.


Cada movimiento no es mas que un reflejo del anterior, prefijado con antelación a lo largo de años, en una interminable danza, pedales, volante, cambios , todos trabajan para mi me llevan raudo con la velocidad que les digo ir, cruzamos el puente sin contemplaciones, a esta hora de la noche el transito me permite volar, o sentir que vuelo. Pero son esas luces la que me dicen que no estoy volando que no las alcanzo en lo alto de las columnas, que están seguras lejos de mí y que debo resignarme a mirarlas de lejos y aunque parezca lo contrario las líneas del asfalto son más reales, tangibles y alcanzables. Se mueven al mismo ritmo, el ritmo que dictan mis sentidos, el ritmo de la velocidad, una a una las voy perdiendo, una a una las voy llevando a convertirse en luces sobre el frente de mi auto.

Solo son segundos, aunque parecen horas, aun me queda mucho para cruzar el puente, para llegar a otro lado, para acercarme a mi destino, me muevo rápido a través del trafico, pero para mi no lo parece, me muevo rápido como si huyese, aunque nadie me persigue, me muevo rápido con ansias de llegar, aunque nadie me espera.

Llevo una mano al volante, la otra apoyada en la ventana, el viento golpea mi cara pero no lo noto, no es importante para mi, no hay nada que pueda decir que me importe, no hay verdades en el, no hay secretos ocultos, estoy tranquilo y no busco oír nada, solo quiero llegar.

Llegar a un lugar, donde las luces se puedan alcanzar y los puentes solo estén en mi mente, que sean un recuerdo, una imagen para no olvidar de donde vengo.


Relato original: JSTM
Fotografia: http://www.ojodigital.com (Qwerty)

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